El gigante rocoso de Almola, desde este lado del cortijo de Las Aguzaderas de Cartajima, oculta el ocaso por una quizás condena de su ciclópea vanidad lítica. Por contra, el sol se escabulle a su pantalla y declive en una liviandad de fulgurante llamarada.
«VELADO OCASO»
© F.J. Calvente.
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