Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 1 de septiembre de 2019

«VELADO OCASO»

El gigante rocoso de Almola, desde este lado del cortijo de Las Aguzaderas de Cartajima, oculta el ocaso por una quizás condena de su ciclópea vanidad lítica. Por contra, el sol se escabulle a su pantalla y declive en una liviandad de fulgurante llamarada.



«VELADO OCASO»
© F.J. Calvente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario