De acuerdo: Feliz Día de la Hispanidad, de España, de traperías ondeantes rojas y gualdas, ¡Viva!, y solo ¡Arriba! a la decencia, diversidad y al respeto, benemérita Benemérita, también, de las pilaricas, del Pilar.... vale. Felicidades y felicitaciones por doquiera en esta ya vieja piel de toro hollada por diferentes culturas y sentires y vapuleada por odios y garrotazos fraternos, todavía.
Con todo, dejando a un lado los acompasados y aguerridos desfiles, frívolas escenografías, patrios impulsos primarios, banquetes pantagruélicos, el dios de aquellos que nos bendiga a todos, conmemoremos hoy los pilares que sostienen o deben sostener nuestro estar y convivencia en esto de ser españoles o de estar en esta tierra a la que hemos dado en llamar España; ser humanos, en definitiva, en este ínfimo espacio del universo.
Pilares no tan duros y retorcidos como los cuernos de una cabra con chapiri o el yelmo de Cortés o la caradura del prior del Valle de los Caídos. Pilares, de deferencia, comunicación, generosidad y honestidad, que nos sostengan a todos y garanticen el bienestar, la dignidad y protección de la vivienda, del trabajo, de una sanidad, educación y justicia igual para todos.
Pilares de ocio, esfuerzo y evasión: ese Tour de Induráin, ese triple de Ricky, otro Gran Slam de Nadal, otro mundial de Márquez, esa sirena de Mireia Belmonte, la parada de Casillas y el gol de Iniesta... Pilares de los que inmortalizaron nuestra esencia y sentir en las artes y las ciencias: las células de Ramón y Cajal, las moléculas de Severo Ochoa; los fogones de Ferrán Adriá; la magia de Gaudí; la rebelión de las masas de Ortega y Gasset; las bodas de sangre de Lorca, el Platero de Machado o el surrealismo de Aleixandre, la colmena de Cela, los santos inocentes de Delibes, el magnetismo complejo de Javier Marías; Mediterráneo de Serrat, el mes de abril de Sabina, bulerías de Camarón, Falla o la Piquer, ese maneras de vivir tocado por Leño; los relojes de Dalí, trazos de Miró, Velázquez, Goya, o el sueño de Picasso... Pilares que nos hacen ser acaso españoles o nos asientan a esta tierra que hemos dado en llamar España. Pilares que nos tienen que hacer, aquí, personas.
«Existe la raza de aquellos que no llegan a las palabras más que movidos por sus emociones, y la raza de los que no llegan a las emociones más que movidos por las palabras.» Después de esta reflexión de Victoria Ocampo, disfruten, los que puedan, de esta festividad llamémosle nacional.
© F.J. Calvente.
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