Pasos que no dejan huella.
Pasos en el silencio de la mañana, de los que se teme incluso su roce, su tenue ruido en la acera de losas o esta ahora de mortero colorado, la de los rectos vacíos superada por limites cortantes, como esta ventana, en cárcel de rutinas, de hierros iluminados por el destello desmayado de unos trasnochadores faroles; como si no se quisiera despertar a un destino que se estaría ideando, construyendo por otras aceras, por otras calles, por otros pasos en el silencio, no en el silencio absoluto, del alba. Y con todo, ahí que advino una reflexión con Emily Dickinson:
"La idea de que algún día miremos hacia abajo, y veamos los pasos torcidos que hemos dado, desde un lugar más seguro, debe ser algo precioso."
Pasos que no dejan huella, ni adentro ni afuera.
"PASOS SIN FIN"
© F.J. Calvente

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