Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



jueves, 11 de agosto de 2022

"Y al final"



 “Al final de la tarde

dime tú ¿qué nos queda?.

El zumo del recuerdo

y la sonrisa nueva

de algo que no fue

y hoy se nos entrega.

Al final de la tarde

las rosas siguen lentas

abriéndose y cerrándose

sin caer aún en tierra.

Al final de la tarde

no vale lo que queda

sino el impulso mágico

de la verdad completa.”


Y con este poema de Ernestina de Champourcin, poeta de la Generación del 27 y una de "Las Sinsombrero", pongo final a un final de la tarde, en muy buena compañía y lugar, con Bunbury (por cierto, aquí encajaría aquella letra de su canción "... Y al final": "Permite/ Que te invite/ A la despedida..."), y entre otras palabras al aire con algún misterio relatado; además del fin para unas breves vacaciones. Agradezco, en estos escasos días, que por momentos he vivido. 



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