Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 17 de enero de 2023

"CALLE OSCURA"

 


La víspera antes de que llegara la lluvia, la calle estaba oscura, o un tramo de la calle estaba a oscuras. La noche más noche, cercana y persistente, pesada. Desde el primer momento de abrir la puerta, no del todo, una rendija, una grieta en la huída, y apreciar cómo penetraba la orfandad de una calle negra y silenciosa. En la otra orilla de la negrura, arriba, el rectángulo de una ventana iluminada. Más arriba, un cielo que moldeaba un fuego helado y tenebroso. La cal de las paredes reflectaba, en un vaho gélido, el fulgor de ese otro hogar ajeno y en esos momentos lejano por la tiniebla. Una desvaída advertencia. Ninguna sombra o silueta partió en su movimiento o detención y curiosidad la geometría afilada del vano. Confuso, demoraba la salida. Atendía a un remusgo de excepcionalidad que acaso jamás llegaría a concretarse. Un aire de hielos musitaba la propia alteración, la introspección tan indefinida porque la luz de enfrente no señalaba un camino, una expectativa a seguir en la oscuridad. Todavía. Una oscuridad que estaba dentro y no fuera, como así lo concebía. Sombra entre las sombras, en su salida a la calle oscura; hasta que en un primer paso que reconoció la acera, fuera de las afueras, trenzaba las primeras estrellas que pudo coger con las manos. 


"CALLE OSCURA"

F.J. Calvente.

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