Y digo yo:
Y si no lo digo, reviento: “Usted nunca será una hortaliza, porque incluso las alcachofas tienen corazón.”
Después de la metáfora o agudeza, procedo al meollo del asunto, parrafada a vuelapluma o de cómo erupciona de adentro, para terminar con un consejo publicitario y una recomendación de arte, del verdadero, y no la fraudulenta escenografía tauricida que de arte y cultura tienen tanto como de sensibilidad y respeto a la vida.
No sorprende, incluso ya cansa para mentes sanas y medianamente conscientes de lo que transcurre a un palmo de sus narices, las "ocurrencias" manufacturadas por el enorme "meme", o en su defecto de despropósito "político", ("...ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven...", escribía augur el maestro Saramago) de la inventada en frívolo gólem, PPresidenta de la Comunidad de Madrid. Esta, en su habitual y manejada diatriba de confrontación y ridiculez (sí, ambos son posibles en ella o conforme a la voluntad de un otro y omnisciente, beodo o sereno, con su mano introducida en el hueco o camisolín de la espalda o al mando de la cruceta con los hilos), de fumatas o pantallas de humo con los que ocultar determinados intereses y transfondos oscuros, cenagosos, (que se lo pregunten al "compi" Casado por un "quítame de allá esas pajas" al meter el dedo en el ojo del cártel familiar), ella, "maja" de España, en la entrega del XIII Premio Taurino ABC (lo mismo de haber sido en la rondeña y muy rondeña 5 Bienal Internacional de la Tauromaquia 5, donde aún caben más fantoches a Morante, por ejemplo, o con Soto al cante para buscarle los tres pies al gato del origen del flamenco en la gratuita carnicería de toros), ella dijo o barritó:
“El arte que simbolizan los toros es, paradójicamente, el arte de vivir. Saber vivir plenamente es, ante los ojos del mundo, sinónimo de Madrid y de España."
El arte de vivir fundamentado en un atroz martirio y muerte, aparatosos y perturbados, del animal en la carga infame de la "fiesta nacional". No extraña, e indigna, su afinidad o arbitrio con la parca, los de doña Isabel de la una, grande y sobre todo libre patria, (ajena y clasista, porque hasta la muerte tiene clases, más por aquello de "no tener donde caerse muerto" que por su inexorabilidad igualitaria) con el desmantelamiento de la sanidad pública en beneficio de la privada o, durante la pandemia, con los más de 7500 ancianos en residencias a quienes se les negó la atención y traslado a los hospitales, muriendo de soledad y tristeza. Aún más y reciente:
"El toreo, arte popular, nace del pueblo y siempre ha tenido un pulso solidario como lo tienen los españoles."
O será del pueblo "elegido" o de la "gente de bien" que no quiere al otro y apátrida, al que ensucia en su reivindicación solidaria por la vida o la convivencia sana.
Así que "ayusadas" aparte, disimulos a un lado, torticeros engaños atrás, exijamos un "pulso solidario" por la vida, por la diversidad, (porque "gente de bien", "PaPá" Feijóo, somos todos y con independencia de la condición sexual o demagogia menospreciativa de la derecha); en reivindicar la vocación de servicio público del político, en recuperarla mejor, para todos y no de los suyos, dedicando mucho de los recursos disponibles en garantizar el bienestar, la protección de los más necesitados o de los que menos pueden. (No, señor Sanz, otro "masca" del PP en la Junta de Andalucía, Andalucía no dice sí a la tauromaquia, o no por entero, o solo así lo hace una parte residual. Y menos mal que podemos mantener la esperanza de que, dado el grado de palabrería y de promesas prorrogadas por no decir incumplidas del "Moreno Bonilla Team", quedará "sine die" el compromiso desbrozado por aquel en la bienal de marras: "... un paso de gigante para fomentar la fiesta del toro, protegerla y verlar por la integridad de los eventos taurinos". Porque Andalucía es, ante todo, más que apego y geografía, una expresión para vivir, de vida.) Insistamos en una apuesta decidida por la vida y no, al caso, en un reduccionismo exclusivo, centrípeto, afortunadamente cada vez menor y selectivo, asentado en la barbarie y muerte a un ser vivo.
Opinión, esta, acaso patrocinada por el champú "Ruedo Ibérico", el cual desenreda, tonifica y elimina la caspa; aun como obsequio en bienales y premios taurinos varios, junto a diplomas vacíos, botellitas de aceite o de vino peleón, cuitas nostálgicas o más particulares y por aquello de en casa del espabilado aunque sean piedras, de paellas y tal vez tortillas españolas y muy españolas, con cebolla o sin ella o inclusive con aquella alcachofa de arriba, y de otros tentaderos agonizantes, ahí, en sus burladeros a espaldas de la sensibilidad y consciencia.
El expresivo y soberbio óleo de Marcos Bontempo Riga que ilustra estas líneas, donde encontré inspiración o voluntad, unos símbolos inequívocos para las mismas, y el autor me disculpe por tomarme esta atribución y uso de su pintura. De un Arte que remueve la conciencia y no el instinto. De un artista en su "traje de luces" sincero y creativo. Esta es la cultura que hay que proteger e incentivar, garantizar, la que justifica la emoción y belleza, vital; no aquello en torno a un coso de atrocidad que debe quedar, bastante estamos tardando y responsabilidad no solo de los aludidos, en la memoria de un pasado sin posibilidad de retorno.
He dicho y así no reviento.
F.J. Calvente.
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