Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 20 de febrero de 2024

"ESQUINA DE PUJERRA"

 


Ahora es más fácil encontrarse que encontrar

tras una esquina en Pujerra.

Porque todas son sorprendentes, todas suman, e inquietan,

y retuercen y agarran y vuelan.

En todas anida el Destino o ese juguete de Dios o Preexistencia que sea

antes, mucho antes de que perdiera,

en esta rutina controlada de los días,

su expectativa y sorpresa.

Es como jugar

al juego del escondite con uno mismo;

como colgar letras en el alambre fino

de un poema de Cortázar:



"Ahora escribo pájaros.

No los veo venir, no los elijo,

de golpe están ahí, son esto,

una bandada de palabras

posándose

una

a

una

en los alambres de la página,

chirriando, picoteando, lluvia de alas

y yo sin pan que darles, solamente

dejándolos venir. Tal vez

sea eso un árbol

o tal vez

el amor."



Es esta la maravilla

de un juego de prendas y fantasía,

de cruces en un mapa del tesoro, de imaginación cumplida,

de asombro al descubrir, al observar

al negativo o copia única

de un ratón a la espera,

con su hacha igual de negra,

a un gato en su caza

y que confiado marcha o rompe la arista.

O de uno de los imposibles que recrean o adornan

el hechizo de una metáfora...

Y si no juego..., si no juego... ¡Ay, Pessoa!

(Mía es la otra hacha

para en versos tajar tus letras):



Porque, al final,

¿quién soy, cuando no juego?

Un pobre huérfano abandonado en la calle de las Sensaciones,

tiritando de frío por las esquinas de la Realidad,

que tiene que dormir en la escalinata de la Tristeza

y comer el pan que le da la Fantasía.”



Porque si no juego, ya no sé quién soy, o lo que era,

al ser imposible recuperar a quien fui, o lo que era,

aquel al principio de todo, cuando era.

Ante este sesgo geométrico de la esquina,

en una conjunción ideal de luz y sombra,

a un lado y a otro y viceversa,

de una esquina de Pujerra,

una en la eternidad de todas,

si no juego, si no tengo a nadie al que encontrar

perderé, perderá su color, magia y oportunidad.



Que Dios o Preexistencia que sea

no lo quiera.



"Esquina de Pujerra"

F.J. Calvente.

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