Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



jueves, 22 de febrero de 2024

"Válgame el Señor"

 Y digo yo:




Que siguiendo a la ¿lógica?, o la pauta de la bilis de los ¡¡unga, unga!! de la "fachosfera" (inclúyanse aquí a los ociosos del costillar de "M.PPá", por más cercanos, en sus perfiles falsos o por "haters" travestidos), ante esto, tendría que dimitir ipso facto el Papa Francisco. Y menos mal que en el Gobierno de España no existe (cuando gobierne la derecha o megaderecha ya se vería) un ministro o ministra de religión o de la iglesia católica y apostólica y romana (esto último se cambiaría, obvio, por "muy española") porque menudo belén se montaría o enorme calvario tendría, de haberlo, el ministro o ministra del ramo o de los ramos por la próxima festividad. Dejemos que sean ellos, detenidos o no, los que sigan siendo ministros que no ministras de dios. 


Por cierto, al hilo de esta cuestión de igualdad y oportunidad de géneros, debería ser más reconocida si no la labor el desempeño, aunque fuese más de instintivo que por dogmático, de la iglesia católica y tal y tal en España  por el matrimonio o pareja de hecho como derecho y necesidad del clero. No solo el cura detenido ahora tenía pareja sentimental, un mocetón así como los patriarcas bíblicos y de hisopo glorioso, sino que en el otro "affaire" o pecado mortal de hace poco, el párroco, el padre Fran, entre otra geografía concupiscente, de Yunquera y El Burgo, también tenía pareja, esta vez como la primera Eva, y de sus "cosillas" de abusos a mujeres a las que previamente drogaba. Con todo, es una gran suerte, y privilegio, que el castigo sea, no la dimisión del Papa Francisco, sino un cambio de feligresía y que continúen en su ministerio de la palabra de dios. 


¡Válgame el Señor!


F.J. Calvente.

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