Y digo yo:
Que siguiendo a la ¿lógica?, o la pauta de la bilis de los ¡¡unga, unga!! de la "fachosfera" (inclúyanse aquí a los ociosos del costillar de "M.PPá", por más cercanos, en sus perfiles falsos o por "haters" travestidos), ante esto, tendría que dimitir ipso facto el Papa Francisco. Y menos mal que en el Gobierno de España no existe (cuando gobierne la derecha o megaderecha ya se vería) un ministro o ministra de religión o de la iglesia católica y apostólica y romana (esto último se cambiaría, obvio, por "muy española") porque menudo belén se montaría o enorme calvario tendría, de haberlo, el ministro o ministra del ramo o de los ramos por la próxima festividad. Dejemos que sean ellos, detenidos o no, los que sigan siendo ministros que no ministras de dios.
Por cierto, al hilo de esta cuestión de igualdad y oportunidad de géneros, debería ser más reconocida si no la labor el desempeño, aunque fuese más de instintivo que por dogmático, de la iglesia católica y tal y tal en España por el matrimonio o pareja de hecho como derecho y necesidad del clero. No solo el cura detenido ahora tenía pareja sentimental, un mocetón así como los patriarcas bíblicos y de hisopo glorioso, sino que en el otro "affaire" o pecado mortal de hace poco, el párroco, el padre Fran, entre otra geografía concupiscente, de Yunquera y El Burgo, también tenía pareja, esta vez como la primera Eva, y de sus "cosillas" de abusos a mujeres a las que previamente drogaba. Con todo, es una gran suerte, y privilegio, que el castigo sea, no la dimisión del Papa Francisco, sino un cambio de feligresía y que continúen en su ministerio de la palabra de dios.
¡Válgame el Señor!
F.J. Calvente.
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