Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 21 de septiembre de 2014

TE CUENTO:

Anoche. Uno de los crisoles donde practico la alquimia para hacer creaciones con mis palabras, destilar la esencia de los mundos a través de la caligrafía del color, la de unos renglones torcidos, sublimar la épica de mi propio universo, da igual. Una escalera hacia el cielo desde la belleza de la noche y la piedra. Bronces de otoño, bruñen las murallas su antigüedad, árboles trasformados en aspersores de oscuridad, de abismos indescifrables, obscuros. La noche de los tiempos. ¿Subes los peldaños?

F.J.CALVENTE

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