Anoche. Uno de los crisoles donde practico la alquimia para hacer creaciones con mis palabras, destilar la esencia de los mundos a través de la caligrafía del color, la de unos renglones torcidos, sublimar la épica de mi propio universo, da igual. Una escalera hacia el cielo desde la belleza de la noche y la piedra. Bronces de otoño, bruñen las murallas su antigüedad, árboles trasformados en aspersores de oscuridad, de abismos indescifrables, obscuros. La noche de los tiempos. ¿Subes los peldaños?
F.J.CALVENTE
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