"Ella sonrió. Con cuidado. Lo cierto es que le dolía la cara y el corazón. Una pequeña decisión y después otra".
Lo
he pasado muy bien, bastante entretenido, con la lectura de "Sacrificio a
Mólek" de Åsa Larsson. Novela negra sueca, quinta entrega de la saga
protagonizada por la fiscal Rebecka Martinsson y la inspectora Anne Maria
Mella, y que tanto me recuerda ésta, sobre todo en la novela inaugural,
"Aurora boreal", a la Jefa de policía Marge Gunderson (Frances
Mcdormand) de la película maestra de los Hermanos Cohen, “Fargo”. Novela negra
sueca, decía, excelente, interesante, de considerado suspense, que se lee de un
tirón, superando con creces a su predecesora y sin duda la más floja de la
serie, "Cuando pase tu ira". En esta, "Sacrificio a Mólek",
un grupo de cazadores mata a un oso en los bosques cercanos a Kiruna (Suecia).
Cuando abren el vientre del animal, encuentran un dedo humano entre las
vísceras. Unos meses más tarde, hallan a una mujer asesinada en su casa y
Markus, su nieto de siete años, ha desaparecido. Hay pocas cosas que provoquen
mayor indignación que la violencia contra un niño o historias pasadas
inconclusas de muerte tasadas con el peso del dinero. Cuando el pequeño Markus
desaparece, la fiscal Martinsson es capaz de actuar al margen de la ley para
encontrarlo y desentrañar el misterio de unas muertes accidentales que... Aquí
lo dejo, no voy a descubrir o destripar más la intriga y sorpresa de una trama meritoriamente
estructurada y contada. Sin embargo, no eludo referir, y admirar, el impresionante
arranque del libro, para mí de lo mejor que ha escrito Åsa Larsson, de
una fuerza narrativa sorprendente y que atrapa al lector para no dejarlo hasta
el final, aun cuando lo previsible luego, y que se hace ver, no suponga un debe
en el interés del relato. Capítulos iniciales, escribía, a los que consideraría
de los más impactantes e intensos de la literatura negra sueca, con permiso de
Henning Mankell y de otros trabajos de Camilla Läckberg o Mari
Jungstedt. De Åsa Larsson me gusta mucho su buen hacer en el uso de los
múltiples planos del entramado de sus historias, y esta no es una excepción,
todo lo contrario; es decir, la narración desde distintos puntos de vista,
pasado y presente que se alternan y que no se contraponen entre sí o se enredan
o confunden, sino que abren la perspectiva del contexto a la exactitud y
otorgan al relato de un mayor atractivo y dinamismo. Esto también contribuye a
asentar otra de las pinceladas y virtudes magistrales de Larsson, la de narrar
la parte más cruel y oscura del ser humano, sus miserias y desesperanzas;
aunque abriendo una puerta a la esperanza, trascender a un estado de bondad y
justicia ideal que narra con la exigencia de una sencillez sucinta pero amarga
e irrefutable.
"¿Quién ama la perfección? No, el amor quiere cuidado y el cuidado necesita los errores del amado, necesita heridas, fragilidad. El amor quiere sanar, y la perfección no tiene necesidad de cura. No se puede amar la perfección, simplemente adorar"
Recomiendo "Sacrificio a Mólek", por si quieres pasar
un buen rato de lectura y sin mayores pretensiones o expectativas.
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