Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 14 de diciembre de 2014

TE CUENTO:




¿ Q U É   H A R Í A S ?




¿Qué harías si al salir a la calle encuentras en el suelo un billete de esos dudosos, haberlos haylos, de 500 euros? ¿Qué harías ante esa detención de la mirada, demorada en un interés nuevo, insólito, y esa inesperada sonrisa en la mujer a la que amas, en el hombre al que amas, que calienta tu interior y cuanto imploraste hasta la desesperación, tras mucho tiempo de desdén y de ilusiones que a la vez que caían surgían otras nuevas de sus desechos? ¿Qué harías cuando ese placentero sueño, recurrente o inmediato, te sorprende con su materialización al doblar la primera esquina o percibes su buena nueva en el horizonte de un camino diáfano y resuelto? ¿Qué harías para enmendar el silencio, la indiferencia, aquel agachar la cabeza o mirar a otro lado, con ese detalle, circunstancia o contexto, en los que sufres la llamada del sufrimiento de otros, familiares o conocidos, inéditos o viejos? ¿Qué harías ante la aparición de algo inesperado que te brinda cuanto deseaste: el implorado trabajo, el lacerante reconocimiento, salud propia o ajena, la certificación de estar vivo o ser necesario para otro u otros? ¿Qué harías ante uno de estos presumibles, ante uno, alguno, o todos estos posibles y tantos otros que desconozco o los que tú aún ignoras pero sientes su conjetura inconsciente? ¿Qué harías si pudieras ser una heroína, un héroe, sorteados el ridículo y el miedo? ¿Qué harías por mantener lo ya tuyo? ¿Qué harías? 

Pues yo te lo voy a decir: No harías nada. Nada. No harías nada porque estas posibilidades y anhelos, matemáticas quimeras, nada son y porque para que lo fueran necesitan de un acto de voluntad, consciente o imaginada, para crearlos. 

Y de esta manera, en estos momentos de planteamientos y paradas, miro la tarde de un otoño agonizante en los sollozos de la mansa lluvia, miro la luz perpleja, blanca, que excusada penetra filtrada por las translúcidas cortinas de las ventanas, miro cómo ésta arrima cierta sensibilidad cálida a las recogidas sombras, miro la claridad anquilosarse en las formas instrumentales y museísticas del salón. El frío tiene ese color, blanco, y esas pajizas esperanzas de contravenirlo. Momentos de esperas, de esperas mientras pienso en esto y en lo que se esfuerzan estas palabras, además de que no suceda algo, o nada ocurra, o en absoluto desee hacerlo, ni por dentro de mí o por alguna imprevista injerencia externa. Y eso te ocurre, nos ocurre a todos, ya que es aquí donde se fundamentan tantos ensueños o empeños, tantos de aquellos "¿Qué harías?", que no lo son porque infringen su manifestación, su creación, en los momentos detenidos, en la apatía absoluta, o la átona certidumbre en que todo, sea lo que sea, se nos dé fácil y hecho. Tienes miedo hasta de no tener miedo. ¿Qué harías? No harías nada, porque para que sean tienes que creer en ellos, imaginarlos, solo entonces tendrás la oportunidad de encontrar el billete de los presuntos 500 euros, la siembra del amor en ella, en él, la oportunidad y la consumación, sostener tu seguridad e historia, ser héroes... 

Yo, al fin y al cabo, estoy haciéndolo: crear imaginarios para que se hagan realidad, y si no lo hacen, me vale el mismo acto emocionante de darles la posibilidad de vivir y que me contagien con su vida, no morir con temor, con miedo. ¿Qué harías? No, no preguntes, solo hazlo y deja hacer.

 F.J. CALVENTE

2 comentarios:

  1. Algunas veces cuando se imagina se es capaz de ver las cosas de mil maneras distintas. Mis posibilidades, mil caminos, mil reacciones, mil preguntas y mil respuestas. Cuando te crees preparado para hacer algo, todo sucede de la manera mil una, esa en la que no pensaste. Yo también me veo capaz de imaginar y algunas veces eso no es una ventaja.
    Me ha gustado lo que has escrito.

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  2. Ya solo con desear algo hace que el Universo se mueva para hacerlo. Mil gracias.

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