“Ponerle
trabas a la muerte demuestra una convicción irracional sobre la grandeza de uno
mismo”
“Un domingo de primavera, en un antiguo
monasterio de Varsovia, se celebra una terapia de grupo. La
tranquilidad dura poco tiempo ya que uno de los participantes aparece muerto
con un asador clavado en el ojo. El fiscal Teodor Szacki asume las riendas de
este “Caso Telak”, que casi acabará por superarlo y que lo distraerá de la
rutina de su trabajo, de las noticias de Varsovia y del mundo y de su monótono
matrimonio.
La mecánica de la terapia “de constelaciones” es
el punto de partida: ¿Puede alguno de los participantes haber caído preso de su
propia ficción?”
“Weronika
era jurista en el ayuntamiento y más de una vez le había contado cómo se
tomaban las decisiones: por si las moscas, no se tomaba ninguna”
El “Caso Telak” (Alfagura, 2015) es un oscuro y
muy buen thriller del escritor polaco Zygmunt Miloszewski; en su trama original
se advierten influencias de clásicos como Agatha Christie, éste muy del estilo
a “Diez Negritos”, o el realismo psicológico y social de Dostoyevski, y
referentes actuales del género negro, sueco por cierto, como Henning Mankell y al
que el propio autor considera inspirador y referente de su obra, tanto en el
argumento literario como en la crítica y el retrato de la sociedad polaca de
inicios de siglo XXI; de igual modo ofrece semblanzas de Varsovia durante la
época comunista, a cómo son ahora las principales calles y avenidas, sus
establecimientos de restauración y de comercio más conocidos, sus costumbres,
el estilo de vida…; incluso al principio de cada capítulo nos proporciona una
interesante compilación de noticias periodísticas reales de la capital polaca
en los días por los que marcha la propia investigación criminal, por lo que,
para los que no conocemos la ciudad o el país, resulta de lo más útil para
podernos meter con mayor recreación dentro de la historia. La sombra de Stieg
Larsson igualmente es muy notoria. Y para completar la propuesta, un complejo
protagonista con un perfil diferente a los clásicos detectives o policías, un
fiscal. Un contexto, insistimos, distinto al habitual, Polonia, país con aquellas
peculiaridades que se van descubriendo a lo largo de las páginas de la novela.
Y como eje central, la terapia psicológica de las Constelaciones Familiares, con
todo su universo curioso, inquietante y atractivo, en torno a la cual no solo
Miloszewski permite tejer la insólita y palpitante cábala policíaca, sino que asimismo
nos alerta acerca de que estos métodos psicológicos no son tan beneficios como
parecen ser; todo ello, pues, proyectando una intriga poderosa con cuyo
planteamiento logra atraparnos desde el principio.
El fiscal Teodor Szacki dirigirá la investigación
sobre la muerte de Henry Telak, muerte de la que nadie ha visto nada, nadie ha oído
nada y que, con independencia a mi alusión quizás inconsciente a Mari Jungstend,
tiene como elementos principales un cadáver y cuatro sospechosos; actores fríos,
cultos, educados, altivos y de buena posición social. Szacki, un funcionario público
que vela por la integridad y dignidad de su trabajo, por el respeto inexcusable
a la ley, se encuentra abatido por una crisis personal que exige un cambio a
nivel personal, familiar y profesional, está harto de la rutina y la desidia y
la corrupción que rodea su vida, sumergido en una investigación que irá
complicándose cada vez más y en la que empleará su peculiar método, tal vez
inspirado en el detective Colombo o de ciertos personajes de Dashiell Hammett, y
sin embargo matizado con una mayor resonancia personal. De hecho, la
investigación del crimen Telak se lleva a cabo junto a las situaciones
cotidianas con las que el fiscal tiene que lidiar tanto a nivel familiar como
en la fiscalía; dónde se van descubriendo, y haciéndonos cómplice de las
mismas, como un amigo que oye nuestras más íntimas confidencias, las diferentes
razones por las que se encuentra en ese momento crucial de su vida y al que
seguiremos en un caso que sacará a la luz sus luchas más recónditas, el
enfrentamiento con sus propios fantasmas y resignaciones, el cambio, todo en
una dolorosa e incómoda encrucijada personal a la que tiene que dar, de igual
manera que en el crimen, solución.
En la investigación contará con la colaboración
del comisario de policía Oleg Kuznetsov, genial, y la fiscal Janina Chorko, necesaria,
juntos nos abrirán las puertas para conocer los entresijos del sistema judicial
y policial polaco, además de situarnos en el contexto social del país en el año
2005. Los pasos de los investigadores se adentran en el pasado de la víctima
para encontrar luz en un caso que se hace más oscuro y complejo, pasos que serán
seguidos muy de cerca por otros enigmáticos personajes que, a su vez, dejan la
puerta abierta, a lo Stieg Larsson, para otras entregas del fiscal Szacki.
El autor se sirve de la denominada “terapia de
las constelaciones” para crear una investigación policial, o de la justicia, diferente,
única, de notable amenidad, de la que se impregna la acción, el interrogatorio
de los testigos, los descubrimientos y la reconstrucción de los hechos, en un
contexto envolvente, interesante, intrigante, muy confuso, cierto, pero grandioso.
No vamos a hablar más de esta terapia o especie de representación teatral en la
que los participantes asumen el rol de los familiares y amigos del paciente, manteniendo
conversaciones con él para ayudarle a encontrar el origen de sus problemas. Solo
diremos que el novelista traza una mirada crítica contra este tipo de terapias
psicológicas, describiendo al grupo que la lleva a cabo y que ilustra el crimen
y el libro, de secta destructiva. Asimismo, esta novela brinda un contexto
bastante novedoso: el protagonista no es el típico detective, no es el típico
policía, sino un fiscal, la figura del sistema judicial polaco que se encarga
de dirigir las investigaciones de asesinatos y otros casos importantes en la Polonia
actual, con ayuda claro está de la policía. El caso Telak se adentra, al mismo
tiempo, en lo más profundo de la naturaleza humana, en sus contradicciones, en
los instintos oscuros y las luchas internas tanto del propio protagonista, su
vida personal insatisfactoria y el caos emocional, como de los diferentes
personajes que componen su compleja, entretenida y oscura trama, ágil sin duda.
Aunque, evidentemente, el desenlace resulte convincente, vertiginoso, de giros
inesperados a la hora de colocar todas las piezas ofrecidas a lo largo del
relato para completar el puzzle del crimen, se puede añadir en su contra un
aspecto fundamental de la trama y en relación a la relación de sus personajes,
de los directamente implicados en el crimen, que no se explica cómo ha quedado éste
inadvertido desde sus inicios; esto, junto al esfuerzo por familiarizarse con
los nombres y apellidos de todos ellos, policías, fiscales, testigos y
sospechosos, y las trayectorias de otras investigaciones de la fiscalía, pueden
dejar al lector un tanto descolocado.
“Siempre
que la verdad sobre un crimen salía a la luz, no sentía satisfacción, sino una
tristeza nauseabunda”
Así que, amigas y amigos lectores, os animo, y
tal vez os desafío, a leer y a intentar resolver el rompecabezas de este “Caso
Telak” antes de su dilucidación en las páginas finales, a seguir el camino de
este singular fiscal polaco a través de su investigación, a exonerarlo o
condenarlo por las decisiones o indecisiones de su vida personal y que, en
cierto sentido, condiciona su trabajo, y conocer a una desconocida Varsovia,
aunque sea en el influjo de esa curiosa y arriesgada terapia psicológica de las
Constelaciones Personales. Una buena novela negra en torno a una compleja y
original trama, sazonada con precisas dosis de humor, acertadas, que hacen más
ágil y atractiva la lectura, y en la que se nota la frescura que alienta y mece
sus páginas. Recomendable.
“-Comisario,
sabe perfectamente que todos los casos están llenos de tragedias humanas,
injusticias, una cantidad incontable de matices, sombras y dudas. Y justo por
eso el Estado paga un sueldo a cabrones como yo. Sé que tiene usted razón, pero
a mí solo me atañe el hecho de que se ha infringido uno de los artículos del Código
Penal. Lo siento”
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar“Weronika era jurista en el ayuntamiento y más de una vez le había contado cómo se tomaban las decisiones: por si las moscas, no se tomaba ninguna”.
ResponderEliminar“-Comisario, sabe perfectamente que todos los casos están llenos de tragedias humanas, injusticias, una cantidad incontable de matices, sombras y dudas. Y justo por eso el Estado paga un sueldo a cabrones como yo. Sé que tiene usted razón, pero a mí solo me atañe el hecho de que se ha infringido uno de los artículos del Código Penal. Lo siento”
Estos dos párrafos me parecen geniales! Parece interesante... Habrá que leerlo. Gracias por la recomendación.
Ah! Estoy totalmente de acuerdo con Pepa: qué torpes han estado tus compañeros dejándote en el camino, en lugar de confiar en ti para una buena delegación, como sugiere Miguel Ángel.
Gracias Moree. Seguro que te agradará el libro reseňado. A lo segundo, agradecer de nuevo tus afectuosas palabras. Se cierra una puerta y se abrirán otras. Entonces lo importante será saber dónde llamar y qué nueva oportunidad se me ofrezca.
ResponderEliminarGracias Moree. Seguro que te agradará el libro reseňado. A lo segundo, agradecer de nuevo tus afectuosas palabras. Se cierra una puerta y se abrirán otras. Entonces lo importante será saber dónde llamar y qué nueva oportunidad se me ofrezca.
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