Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 30 de agosto de 2015

UN SUPER HÉROE CON CHIRRIDOS



Hoy me siento Iron Man, el ánimo de acero, de acuerdo, pero plomizo como el cielo, oxidado por los propios desgastes del tiempo, por los conformismos, el gris apagado del héroe interior que envejece y no quiere; más bien tengo la desvaída sensación de tetera vacía, igual a la del hombre de hojalata del "Maravilloso Mago de Oz" de Lyman Frank Baum. Recuerdos de ceniza como las piedras de la Alameda, de fuegos que se extinguieron. Calla el viento, oigo cierto chirrido en uno de los pliegues de mi corazón. Llovizna.

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