Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



jueves, 31 de diciembre de 2015

FELIZ 2016





En la Nochevieja del año pasado os (me) deseé un venturoso año 2015 con unas palabras de García Márquez. AL final esas palabras se empeñaron (se empeñan) en escribirse retorcidas, hirientes. He dudado unos instantes de cumplir el trámite, obligado, con una de las muchas y manidas felicitaciones para todos los gustos que rebosan en los buzones. Hubiera sido, sin embargo, traicionarme y traicionaros. No iba (no voy) a renunciar a mi pasión literaria y, con ella, envolver mi ánimo y desearos lo mejor para 2016. De tal manera que en un remedo de Shakespeare según Javier Marías o mío de ellos, anhelo que este nuevo año, si así tiene que empezar lo malo, quede atrás lo peor.

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