¿En cuántos asientos nos acomodamos, abandonamos, tomamos y mudamos a lo largo de nuestra vida? Muchos o pocos y que dependerán en cualquier momento de sus circunstancias; éstas que pueden ser obligadas, las más, y anheladas, las menos y testimoniales. Asientos debidos a la familia, por el trabajo, la salud, de sosiegos y esperas, cansancios y oportunidades, tras sentidas abstracciones, por perseguir sueños o encuentros, huidas a miedos o desencuentros. Dichosos y aciagos. Sin embargo, todos tenemos un lugar, asientos, alguno o varios, donde acomodar o donde se acomoda para siempre el alma. Y este es uno de los míos.
POYETES DE LA ALAMEDA.
(Barrio San Francisco de Ronda)
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