Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 22 de marzo de 2016

CAUTIVO


"CAUTIVO", es la palabra que está mañana soleada y agradable en Málaga amarra la necesidad de los labios, de la voz de tantos malagueños a los que veo, sonrió y envidio por su reunión ayer en el atardecer de sus calles. Palabra que vacía, derrama fuera el escalofrío lento, el susurro de la emoción honda que aún en el silencio declama a gritos su conmoción. Allá impresa, indeleble en esas cercanías tan lejanas, abstraídas, íntimas, en los fulgores de los ojos húmedos por las lágrimas incómodas de la lluvia, por su dicha a la pausa, la de otras miradas al cielo, permisiva al fervor, al encuentro. Palabra llena, satisfecha de rocíos de romero, azahar, de cera quemada, densos en la brisa de la mar, en el incendio de un crepúsculo intrincado de espinas, de redención y esperanza blanca. Sentimiento Cautivo.

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