Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 6 de marzo de 2016

IMÁGENES CON LETRA: "En este destrozo del silencio"


Hacia este páramo nos condujo el paseo en esta mañana amable, por el cielo azul de sol blanco, y también suspicaz, por la brisa gélida que atería al más pintoresco de los estímulos del domingo. Aquí, allí, un silencio amenazador diluyó curiosidades aventureras o solaces de los que fueran; errantes como nos apercibimos de improviso, en la caída verde de calle Tomilla, en uno de los destrozos más bellos del Barrio Padre Jesús de Ronda, aunque sea con la vista anhelante en lejanías, en el horizonte de zahínas murallas y ecos legendarios. La incómoda pausa, y el deseo, hasta que Roberto Arlt, entonces junto a nosotros, susurrara en mi oído las palabras que desnudaron a la sensación de su misterio: "Se percibe la frialdad de los huesos de los antiguos muertos. Parece que en este paraje en ruinas se hubiera detenido la respiración del mundo". Huimos luego en busca de refugio, de vida.

F.J. Calvente 

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