Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



sábado, 30 de abril de 2016

LLANTOS DE CICLAMOR


Cuando llora el árbol del amor, en una celebración de color y Vida.


(Cercis siliquastrum o árbol del amor o ciclamor o algarrobo loco o árbol de Judas, en los jardines de la Barriada El Fuerte, desde calle Atardecer, ayer, hoy, y en cualquier momento de esta primavera.)

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