Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



miércoles, 20 de julio de 2016

SORPRESA DE SOBREMESA



Dicen que la mejor inspiración para escribir es leer, vale; pero también, y mucho, la dulce sorpresa de mi hija Inés en forma de fresas, nueces, arándanos, almendras y un lecho de nata helada.

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