No se es consciente de los secretos que esconden las piedras de esta calle del barrio de Padre Jesús de Ronda, hasta que algunos saltan a los muros de las casas; y abren puertas que son ventanas, y desde las que gritan los testimonios de una sencillez que transformaria el mundo si tuviéramos oídos para sus silencios. Puedes detener el paso y mirar. Mirar la sorprendente belleza, el sentido de lo cotidiano, bajo una nueva lucidez que deja en el sombrío callejón el camino de platas de una luna radiante en la mañana, en esta tarde ventosa y parda. Cosas de la magia. La magia que barre el hombre mayor en los suelos hollados de trasiegos y ausencias, en un significado de los usos que suscribirán llegado el olvido la simplicidad de existir. Universos a pie de calle, realismos oníricos que nos ven pasar y agradecen la detención.
© F.J. Calvente
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