“¿Puede
una persona ser uno mismo y otra persona a la vez? Es decir, ser dos personas”.
Esa cita podía resumir toda la maldita investigación”
Novela negra. Novela
negra escandinava. Después de una atenta y exigente lectura, (pregúntenle a
Juan Marsé), me apetecía un relato entretenido, sin alardes ni retóricas ni
resonantes expectaciones. Distraerme. Y Mari Jungstedt es una garantía para pasar
unas horas de intriga sin otras pretensiones que la de estar viendo, por
ejemplo, una buena película de género policíaco. Sé que para la crítica
literaria Mari Jungstedt no es una escritora nórdica con el reconocimiento puesto
en otros escritores, vale, pero para mí, y seguramente para muchos, con su
estilo directo, sencillo, correcto, es la mejor para este empeño, y no por ello
fácil, de entretener. Evidentemente sigo con la denominada “Serie Gotland”, con
“Doble silencio” (Maeva, 2014), séptima y una de sus mejores novelas por el
momento. “Seis amigos tras las huellas de Ingmar Bergman. Un nuevo caso para
Anders Knutas.”
“Tres parejas de amigos
que pasan cada año unos días de vacaciones juntos, se disponen a compartir una
semana en el agreste e idílico paisaje de la isla de Fårö, donde se celebra un
festival en homenaje a Ingmar Bergman. El famoso director sueco rodó varias
películas en la isla, en la que se retiró los últimos años de su vida. La
repentina desaparición de dos de los amigos da un giro inesperado al viaje, y
cuando aparece el cadáver de uno de ellos, que presuntamente ha sido asesinado,
el comisario Anders Knutas y su compañera Karin Jacobsson se hacen cargo del
caso, aunque Knutas está preocupado por su colega, muy atormentada por un
suceso de su pasado. Su investigación no hace más que complicarse cuando
desenmarañan la compleja relación de sexo, celos y obsesión que une a los seis
amigos en una carrera contra el tiempo para evitar más muertes”
Por una vez el título, “Doble
silencio”, se ajusta al original, “Den dubbla tystnaden”, si bien tras leer el
libro sigo sin entender su significado. Por supuesto tenemos a los protagonistas
habituales: el comisario Anders Knutas, la subcomisaria Karin Jacobsson, y el
periodista Johan Berg, éste con menor protagonismo y acaso debido a su nueva
paternidad y a su establecimiento definitivo en la isla de Gotland junto a su
esposa Emma Winarve. Y hago estas alusiones anecdóticas, porque esta novela marca
una diferencia importante con las anteriores, en cuanto a esbozar una mayor semblanza
de las historias íntimas de sus protagonistas, las que anteriormente se trataban
desde un mero tanteo y de manera superficial. Una vida privada que hace más
atractiva la saga, más profundo y característico el perfil de sus personajes, tratada
con la medida exacta para no saturar y cansar con detalles prolijos e
innecesarios y como sucede con algunas novelas de Camilla Läckberg por ejemplo;
subtramas importantes, muy bien trazadas en sus tiempos, que no restan, al
contrario, protagonismo a la trama policíaca principal y exclusiva de cada
ejemplar.
“No
importa si es un asesino o un violador, o lo que sea. En algún lugar de la
tierra tiene que haber un refugio para las personas. No podía traicionar el
pacto con Dios”
Por otro lado, reconozco
el servicio de Mari Jungstedt por llevarnos poco a poco, por conducir la
curiosidad del lector por la geografía, cultura y tradiciones suecas, o en
particular Gotland con su capital medieval Visby y sus espectaculares
archipiélagos, voluntad y calidad por hacerlo de una manera sucinta, amable, y
con perfecto encaje de estos entornos paradisíacos en el argumento criminal. En
“Doble Silencio”, al mismo tiempo de las referencias al ilustre director de
cine sueco, Ingmar Bergman, del Festival anual en su nombre en la isla de Fårö,
de cómo los habitantes del islote mantuvieron en secreto el anonimato del
director durante los años en los que vivió allí, encontramos una seductora
referencia a otra isla casi virgen, la reserva natural de Stora Karlsö, conocida
porque un día al año las crías de las aves arao saltan de los acantilados donde
anidan hasta el mar.
“…
a punto de cumplir cuarenta años y pensaba en su pasado más de lo habitual. A
esa edad la vida suele alcanzarnos”
Y en cuanto a lo
importante de estas novelas, la capacidad de entretener en un juego de
investigación policíaca, Mari Jungstedt continúa sorprendiendo al lector,
continúa atrapándolo con una intriga absorbente que impide dejar de pasar
página tras página hasta terminar de leer la novela. Y aunque por su estilo llano,
ágil, por sus capítulos cortos, dinámicos, con mucho diálogo, pueda suponerse
una tarea fácil, la de su construcción narrativa, no lo es; más cuando al
prestar atención objetiva al suceso argumental, se verá que son crímenes planos,
tópicos, en los que el lector dilucida con bastante anterioridad su culpable, y
más con las trampas evidentes para entretejer con lógica el argumento, con esclarecerlo
al final, alternando sucesos pasados con actuales, escenas de la investigación policíaca
y periodística con las de las circunstancias introspectivas del asesino, a
pesar de todo la historia engancha, el leyente participa con ganas, con
disfrute, de su trama, y esto solo es mérito de la escritora, Mari Jungstedt.
En definitiva, una novela
negra para disfrutar, mientras dura. Puro entretenimiento.
“Nuestro
mejor amigo, a quien podemos creer conocer a la perfección, en realidad puede
resultar una persona completamente desconocida”
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