Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



viernes, 30 de junio de 2017

Sombras en la pared

Mañana del viernes; pero recuerdo cuando ayer caía oblicua la tarde en los estrechos desfiladeros inmobiliarios. Un escurridizo crepúsculo que tamizado, desgarradoras sus briznas de entreluces apagados, se derramaba de las altas e intrincadas ramas de unos centenarios árboles cercanos, gigantes verdes en la plaza Duquesa de Parcent; como una lluvia aterida de lágrimas sin consuelo, sin posibilidad, para aferrarse, arañando con sus sombras alargadas, fustigantes, premiosas de rastros de hojas desprendidas en otoño, a las paredes, en un intento de perpetuar la fugaz anochecida en la eternidad del mítico escenario. La Ciudad. Ronda. 

(C) F.J.Calvente 


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