Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



sábado, 16 de junio de 2018

Cosas...



Primero:

"La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas"


William Somerset Maugham.



Luego:


Sorprendentemente ahí que me aparece Spencer Johnson, en una de las esquinas de un blog errático, para asentar: “Si tú abandonas y, en contra de tu propio interés, haces lo que quiere la otra persona, tarde o temprano nacerá dentro de ti el resentimiento. Y entonces, sólo es cuestión de tiempo el que tú, consciente o inconscientemente, encuentres la manera de vengarte de la otra persona.” A la sazón, me pregunto, te pregunto, si renunciar es alejarse de algo, cuando el alejamiento, la separación, han sido tan absolutos como para perder la esencia, la identidad, algún principio básico, ¿el fin impone cierta redención?, ¿acaso un ajuste de cuentas impepinable, preciso, razonable? El hecho, la solidez de una conciencia impenetrable, legítima. Quizás. ¿Quién se ha llevado mi queso?”, el libro y la pregunta, cuando ya es tarde para quien se perdió en el camino, para quien renunció a la palabra, a la confianza, o las confundió en un cómodo apego ajeno. No me alegro. Hace calor, también sientes el frío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario