Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



viernes, 22 de junio de 2018

"El otro"



"No eres para tanto, ni yo para tan poco", parece decirle esta niña hondureña de sólo dos años, en un llanto de miedo, orfandad y desesperación, al otro que la mira con desprecio. Ya dejamos en el pasado demasiados lastres para la humanidad, como para que una ciega razón y un corazón arrugado se empeñen en hacer pequeño y miserable el futuro.

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