Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 18 de octubre de 2020

"LIBROS QUE VOY LEYENDO: "Los chicos de la Nickel" de Colson Whitehead"

 


Aunque llevo bastante tiempo sin comentar los “libros que voy leyendo”, no he podido sustraerme a la mención y necesaria recomendación de “Los chicos de la Nickel” (Literatura Random House, 2020) de Colson Whitehead. La estremecedora historia, basada en hechos reales, de dos amigos que luchan por su supervivencia en un reformatorio en Florida, con un desgarrador escenario de segregación y racismo norteamericano. No importa que el autor haya ganado el Premio Pulitzer en esta edición de 2020, después de haberlo hecho en 2017 con su también memorable “El ferrocarril subterráneo”, ni a considerarse, según la revista Time, como una de las 10 mejores novelas de la década, ni por ser premiada con The Kirkus Prize, ni nominada al National Book Award y finalista del National Book Critics Circle Award, ni para Time en el mejor libro de 2019, ni a posicionarse entre las principales obras para Publishers Weekly o Amazon o Apple o los libreros de Barnes &Nobles… No, no me han afectado estas referencias para encontrarme ahora, una semana después de leer esta magnífica novela, todavía impresionado y casi exhortando a su lectura. Una semana después y todavía tengo ese hormigueo, esa morriña interior provocada por una lectura que me ha dejado una huella profunda, por la satisfacción de haber compartido algo admirable, conmovedor y enriquecedor. Y todo no solo por el poderoso talento narrativo de Colson Whitehead, de una fuerza ética y estética magistral, sino por una historia adictiva, obsesiva, brutal, terrorífica y muy dura, inolvidable. Una novela extremadamente necesaria.

 

Desde pequeño, Elwood Curtis ha escuchado con devoción, en el viejo tocadiscos de su abuela, los discursos de Martin Luther King. Sus ideas, al igual que las de James Baldwin, han hecho de este adolescente negro un estudiante prometedor que sueña con un futuro digno. Pero de poco sirve esto en la Academia Nickel para chicos: un reformatorio que se vanagloria de convertir a sus internos en hombres hechos y derechos pero que oculta una realidad inhumana respaldada por muchos y obviada por todos. Elwood intenta sobrevivir a este lugar junto a Turner, su mejor amigo en la Nickel. El idealismo de uno y la astucia del otro les llevará a tomar una decisión que tendrá consecuencias irreparables.”

 

No soy negro, soy hombre.

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