“ – Solo hay algo más fuerte que la
voluntad: el amor. Aunque a veces nos hable en un lenguaje que no sabemos
interpretar.”
Vuelvo a arrepentirme
del prejuicio, menos mal; porque lo es, un absurdo prejuicio, en este caso por invalidar,
sin antes atender o leer, el trabajo retórico de quienes se dedican a la
televisión, o a la televisión en eso que se denomina entretenimiento amarillista
o rosa; del recelo y a su vez garantía para desechar de estos sus incursiones
literarias, ya no por presumiblemente horribles, sino por seguras. Y con Sandra
Barneda, por su espejo de presentadora mediática famosa, he vuelto a caer en
este injusto prejuicio; o más adecuado, pudo haber sucedido, porque, y he de
reconocerlo, y afortunadamente, el hecho de haber sido finalista en la edición
del Premio Planeta de este año, por curiosidad, por cierto morbo, me hizo coger
su última novela, “Un océano para llegar a ti” (Planeta, 2020), y leerla. Ya
desde sus primeras páginas, asombrado, satisfecho, cayó el prejuicio; y al
instalarse en mí un rubor de perdón, reconocí a la escritora que merece el
nombre o el oficio, y a la que hay que tener en cuenta a partir de estos
momentos. Me gusta la Barneda escritora. Por saber contar algo interesante, en
este caso sobre la vulnerabilidad y la pérdida, de la ausencia de los seres
queridos y del amor como motor del universo y refugio infalible contra la
adversidad; por su manera de escribir; por su intimismo, muy hábil en el
aspecto visual y emocional. “Un océano para llegar a ti” es una novela buena,
interesante, tierna, emotiva y estilísticamente conseguida.
“Puede que una muerta -pensó acabe
salvando todas nuestras vidas.”
Sinopsis:
“Solo hay algo más fuerte que la voluntad: el
amor
Una novela tierna y
atrevida sobre los secretos familiares y las emociones silenciadas.
Tras la muerte de su
madre, Gabriele vuelve al pueblo de los veranos de su infancia. Allí le espera
su padre, con el que no habla desde hace años.
Juntos se disponen a cumplir el último deseo de Greta: que las tres
personas más importantes de su vida —su marido, su única hija y su cuñada—
esparzan sus cenizas en un lugar donde fueron felices. Los secretos que Greta
desvela en las cartas que deja a su familia terminarán con el silencio entre
padre e hija y, como en un dominó, alterarán la vida de todos y propiciarán un
encuentro inesperado que hará que Gabriele descubra que en la vulnerabilidad se
halla la magia de la vida.
¿Y si el destino de
las personas tendiera un hilo invisible que las conecta con aquellos que deben
encontrar? ¿Y si la vida solo fuera un viaje para encontrarlos?”
“Gabriele se percató de la madurez que
da una muerte. Del océano que se abre entre la vida que fue y la vida que es.
De lo necesario que es atravesarlo para descubrir qué hay después de la nada.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario