Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 5 de enero de 2021

"CARTA A LOS REYES MAGOS"

 


No sé si he sido bueno, malo seguro que no, o no he tenido consciencia de haberlo sido, no, malo, no. De cualquier manera, me resulta difícil esta Carta a las Reyes Magos siendo agnóstico en determinados aspectos y supuestos, y republicano en todos y con convicción. Con todo, a estas alturas, en serio, o no tanto y como a continuación se verá, para el día de Reyes, mañana, hoy, me basta con la ilusión de ver la ilusión en mis íntimos, en mi familia. Sonrisas combadas arriba y fulgores en los ojos. No podría encontrar, en verdad, mayor felicidad que esta. Pero como a nadie le amarga un dulce, en este caso un regalo, además del tópico de la salud, por supuesto, hoy pido como dádiva de reyes, las sonrisas, risas, esa capacidad de verse al espejo, o sin reflejos, y reírse de uno mismo. Reírse de uno mismo. Pues ya “los tristes tienen dos motivos para estarlo: ignoran y desesperan”, como dijo Albert Camus y de quien hoy, ayer, curiosamente en el aniversario de la absurda muerte del maestro de lo absurdo. Así que, no sin antes desear a mis próximos y ajenos que me leen y con ello o por esto, por esto de leerme, ya no son tan extraños, hayan satisfecho sus expectativas y porqué no caprichos; para que yo retome mi egoísmo en este asunto y legitimado a causa de que no he sido malo, o no he sido consciente de serlo: pido risas, carcajadas, guasa sin teléfono, chiste, conmigo y de mí mismo, pero a ser posible con la barriga llena. 365 días por delante en los que un día sin reír, será un día perdido. Palabra. Disculpen sus hechiceras majestades, por último, al tocar lo propio y hasta el año que viene (D.m.): ¡Salud y República!

 F.J. Calvente ©

  (Imagen: Adoración de los Reyes Magos. Folio 206 recto del Códice de Roda, conservado en la Real Academia de la Historia (España), siglo X-XI)

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