“Aquel día sentí esa felicidad que a
partir de los treinta años se deja de sentir para siempre, sea cual sea la
biografía de cada uno: la felicidad de creer que la vida está empezando.”
“Cien noches”
de Luisgé Martín, (38º Premio Herralde de Novela 2020) (Anagrama, 2020) es
una magnífica novela que releeré seguro; y ahí, como prueba, permanecen una
buena cantidad de frases subrayadas y comentarios entre sus páginas, y ya con
esto lo digo todo. El arranque es desconcertante, pues no se sabe si estamos
leyendo un ensayo, un estudio científico, o una novela diferente; pero con
todo, se lee con entusiasmo, engancha bastante, vigorosa, con ese reclamo argumental
en torno a que alrededor de la mitad de los seres humanos confiesa haber sido
infiel con su pareja, y con la interrogación, con la duda, de si la otra mitad
miente o dice la verdad. Así, para demostrarlo, se inicia una vasta investigación,
por medio de detectives y espionaje tecnológico, para dilucidar este último
extremo. ¿Con qué intención? ¿Quiénes somos cuando nadie nos mira? ¿Qué
conocemos realmente de las personas que tenemos a nuestro lado y qué les
dejamos que sepan sobre nosotros? ¿Miedo? ¿Promiscuidad? ¿Lealtad?
“… el amor erótico entre dos personas
dura como máximo cien coitos. Cien encuentros. Cien noches.”
Una novela de impecable
narrativa, de una sorprendente mezcla en torno a una investigación
antropológica, la especulación y cuitas sentimentales de Irene, su protagonista
principal, y una intriga criminal; en un soberbio, novedoso y rico ejercicio
literario que ensalza, o pone el énfasis, en la lealtad, pues de hecho la
promiscuidad se plantea en algo natural y axiomático, como el condicionante más
puro del amor verdadero. Asimismo, en un interesante y generoso elemento que concibe
más enjundiosa la narración, de una “promiscuidad literaria en una novela
promiscua”, señala su autor, cuenta con el cameo, con la colaboración en
determinadas historias de adulterio salpicadas en su trama, de los escritores Edurne
Portela, Manuel Vilas, Lara Moreno, José Ovejero y, excepcional para mí, Sergio
del Molino.
“La nostalgia debe ser un acto
solitario: la nostalgia de los otros siempre nos destruye.”
Sinopsis:
“Una fábula moral con
trazas detectivescas y científicas que indaga en el amor y la infidelidad. Una
novela erótica y negra que explora las formas que adoptan las mentiras.
Alrededor de la mitad
de los seres humanos confiesa ser infiel sexualmente a su pareja. ¿Pero la otra
mitad dice la verdad o miente? Solo hay una forma de comprobarlo: investigar su
vida a través de detectives o de medios de espionaje electrónico. Este es el
experimento antropológico que plantea esta novela: investigar sin su
consentimiento a seis mil personas para elaborar por fin una estadística fiable
de los comportamientos sexuales de nuestras sociedades.
Irene, su protagonista,
busca en la sexualidad los secretos del alma humana. De joven, viaja de Madrid
a Chicago para realizar sus estudios universitarios en Psicología, y allí,
lejos de su familia, empieza a analizar casi científicamente a los hombres con
los que se cruza y con los que se acuesta. Su mirada fría de investigadora
cambia cuando se enamora del argentino Claudio, que arrastra consigo un
doloroso secreto y cuya familia tiene un pasado oscuro vinculado con la
historia de su país.
Cien noches es a la
vez una novela de reflexión sentimental, de indagación erótica y de persecución
policial de un asesino que no ha dejado ningún rastro de su crimen.
En Cien noches se
exploran las distintas formas de amor –algunas radicales y extremas– y los
diversos comportamientos sexuales –algunos igualmente radicales y extremos–; se
levanta acta de la lealtad, la infidelidad, los deseos inconfesables, los
tabús, las medias verdades y los engaños que envuelven nuestras relaciones. Se
habla de máscaras y de mentiras. Y a modo de juego se incorporan una serie de
expedientes de adulterios que el autor pidió a los escritores Edurne Portela, Manuel Vilas, Sergio del Molino, Lara
Moreno y José Ovejero, en un estimulante ejercicio de promiscuidad
literaria.”
“-Es muy difícil elegir una sola mujer
para amarla.”
Indispensable esta
espléndida novela sobre infidelidades y adulterios… y, de acuerdo con la síntesis
de su autor: “Cien noches, por tanto, es una novela viajera, promiscua y
compartida. Las tres mejores cosas que se puede tener”.
“Vivimos creyendo que hemos olvidado o
vencido nuestros fantasmas y lo único que hemos conseguido ha sido esconderlos
en alguna zona oscura.”
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