"LIBROS QUE VOY LEYENDO: "Totalidad sexual del cosmos" de Juan Bonilla.

 

“… ella sabía que darle nombre era enseñarle a morir, que si no tuviésemos nombres no moriríamos porque nombrar algo es someter su indefinición milagrosa a un destino trágico.”

 

 Me ha sido muy placentero leer “Totalidad sexual del cosmos”, (Seix Barral, 2019), y no ya incitado por lograr esta obra el Premio Nacional de Narrativa 2020, ni por conocer la historia de una mujer fascinante de la sociedad y el arte mexicano del siglo XX, Carmen Mondragón, conocida por Nahui Olin, que también, sino por el enorme talento narrativo de Juan Bonilla, su autor; por su prosa florida, ágil, brillante, de tantas frases antes dichas y dichas de esa manera lucida, unas veces hiperbólica, de acuerdo, pero siempre cuidada y exquisita. Un deleite la lectura, donde “… el autor habla de su propia condición de letraherido a través de una ficción documental que desdibuja los límites entre cultura y vida”, (del jurado del premio aludido), para novelar la biografía de Nahui Olin, pintora, escritora, musa, una estrella social de belleza inquieta y liberal, tan deseada como afrentada en los años veinte en México. Bonilla, con un efectista enfoque poliédrico, nos descubre la obsesión de Carmen/Nahui por “dejar huella” en la realidad y reivindicar más allá de los extremos su concepción de libertad. Después de la lectura, que sabe a bien poco, cierras el libro y entonces quieres conocer más de Nahui Olin, lo cual, asimismo, expresa mucho de la valía de esta novela. ¡A leerla!

 

 

“Ahora es una huida hacia delante, porque huir al fin y al cabo es un modo como cualquier otro de negarse a la rutina.”

 

 

Sinopsis:

 

 

“Juan Bonilla recupera la figura de Nahui Olin, una de las mujeres más carismáticas del arte mexicanodel siglo XX.

 

Inteligente, intuitiva y con un afilado sentido de la libertad, la pintora y poeta mexicana Carmen Mondragón, más conocida en los círculos artísticos como Nahui Olin, fue una artista excepcional, de enorme carisma y sensualidad. Nacida en México en 1893, vivió en el París de los primeros años del siglo XX, donde conoció a Georges Braque, Henri Matisse o Pablo Picasso. Tras pasar por San Sebastián, se sumergió en la vida artística de México, donde destacó por sus ideas feministas y su actitud provocadora y ecléctica, que la llevaron a interesarse no sólo por la poesía y la filosofía, sino por las matemáticas y las ciencias exactas.”

 

 

“Quiero que me destruyas mientras te destruyo. No hay ayer ni hay mañana, sólo esta totalidad sexual del cosmos que habitamos y donde todo es uno y sólo uno: el daño y el placer son uno, la vida y la muerte son una, tú y yo somos uno. Ahora el infinito es un juguete en sus manos.”