"CHERNOBYL"

La razón para postergar ver, una y otra vez, la serie de televisión Chernobyl, (HBO, 2019) lo tuvo la novela o ensayo que escribió la Nobel de Literatura Svetlana Alexievich, "Voces de Chernóbil". Todavía hoy, cinco años después, recuerdo y siento su lectura, y según escribí en la reseña del libro (http://fjcalv.blogspot.com/2016/08/libros-que-voy-leyendo-voces-de.html?spref=pi): “… ha sido una amarga pero vital experiencia, ineludible; terrible, mas interesante; la que ha supuesto una lectura pausada y reflexiva que no ha propiciado, como a veces pretendí,… la preocupación por eludir la dureza y el horror… Un testimonio del fin de un mundo.” Tanto me fascinó, tanto me alteró esta narración, que el hecho de ver una serie de televisión que utilizaba el mismo enfoque polifónico para contar la explosión de la Central Nuclear de Chernóbil, sucedida el 26 de abril de 1986, lo que provocó una liberación de la mortal radiación hacia lo que es hoy Ucrania, Bielorrusia, Rusia (territorios de la entonces URSS), incluso en Escandinavia y Europa Central, me detenía, no tenía ánimos para volver a angustiarme con un producto de atmósfera opresiva y penetrante y aunque resultase magistral su rodaje y una experiencia extraordinaria. Y esto ha vuelto a suceder con esta miniserie, con esta perturbadora obra de arte, de algo que no es fácil de ver, pero imprescindible hacerlo. Y termino con un párrafo del libro de Alexievich que también vale para la serie: “Lo que más me asombró fue la combinación de belleza y miedo. El miedo dejó de aparecer separado de la belleza, y la belleza, del miedo. El mundo al revés. Tal como lo veo ahora. Al revés. Un desconocido sentimiento de muerte.”