Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



viernes, 12 de marzo de 2021

"EL ALIENTO DE LA OSCURIDAD" (III). "Cuando saltan las legañas"

 Cuando saltan las legañas.




— Oye, Peregrino de la Nada... ¿Tú no pertenecerás a esa especie de hombres que están siempre al margen de aquello a lo que pertenecen?

— ¡Qué más da! Si los otros del margen jamás abrirán los ojos a este crepúsculo, jamás suicidarán el precio del tiempo, desnudos para sentir un instante de eternidad...

— ¿Entonces?

— Déjalo estar, déjame estar, ahora. No me inquietes poeta, Fernando Pessoa. Porque ni los otros a los que ya no pertenezco, podrán poner márgenes a este atardecer en El Fuerte de Ronda. Déjame aquí, déjame morir un poco, quemarme en esta llamarada del horizonte, hasta que pronto huya en la noche helada, e intente recomponerme mañana, entre los límites de la realidad.


De "El aliento de la oscuridad" (III)

© F.J. Calvente

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