Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 8 de junio de 2021

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "Delatora" de Joyce Carol Oates

 

“Uno de los grandes escándalos de mi vida fue comprobar cómo las palabras, una vez pronunciadas, pueden hacerse irremediables, irrevocables.”

 

 


 

No había leído a Joyce Carol Oates, salvo algún que otro relato breve o incluso unos poemas, hasta que encontré la novela “Delatora” (Alfaguara, 2021), y me tuve que rendir, con cierta incomodidad en el cuerpo, he de reconocer, no por su escritura, íntegra, sino por la historia de Violet que desespera, indigna, asfixia, apena y asimismo en la que se confía, rendido a la consideración de estar con una de las más importantes escritoras americanas de la actualidad. En esta última novela, ya un clásico en la creatividad de la autora, he hallado alguna de las características fundamentales de su obra: su denuncia a voz en cuello contra la mayor lacra de la sociedad norteamericana, el racismo, además de la crítica contra la familia de yugo patriarcal, arraigada, machista y religiosa, y el atropello abusivo de los más fuertes sobre los más débiles, los más ricos sobre los más pobres, la desigualdad por razón de raza, nacimiento, poder y género… Y esto comunicado con una prosa impecable e implacable, muy oscura, ágil e impactante. Narración que, una vez comenzada su lectura, ya no puedes soltar, con un pellizco de angustia agarrado en el pecho que no te abandona hasta mucho después de finalizarla.

 

 

“Cuando vives con adultos, convives con la cáscara de su antigua vida perdida. Como ir pisando la muda de las serpientes o de las langostas. Es una ficción entre vosotros que no debes permitir que sepan.”

 

 

Una historia terrible, pero conmovedora; perturbadora, pero hermosa; cruel, pero tierna…; frustrante, pero esperanzadora; valiente, pero con esa ceguera que no mira atrás sino con exigencia hacia adelante…  Impresionante, transgresora, interesante, que desmonta ese mítico y fingido sueño americano con sinceridad y solvencia. “Delatora”, hay que leerla.

 

 

“Cuando estás esperando no eres ni feliz ni desgraciada. Aguardas.”

 

 

Sinopsis editorial:

 

 

¿Qué debería prevalecer: la lealtad familiar o la lealtad a la verdad? ¿Alguna vez es un error decir la verdad, hay algún momento en que mentir a la familia esté justificado? ¿Se puede hacer lo correcto y que toda la vida nos lamentemos por ello?

 

Delatora está protagonizada por Violet Rue Kerrigan, una joven que recuerda su vida después de que, con doce años, ofreciera su testimonio sobre el asesinato racista de un niño afroamericano por parte de sus hermanos mayores y la apartasen de su familia. En una sucesión de episodios recordados de un modo casi palpable, Violet analiza las circunstancias de su vida como la menor de siete hermanos, una niña en su momento querida, que inadvertidamente «delata» a sus hermanos, dando pie a su arresto, su condena y a su propio distanciamiento.

 

Esta conmovedora novela dibuja una vida de destierro —destierro respecto a los padres, a los hermanos, a la Iglesia— que obliga a Violet a reconstruir su propia identidad, romper el poderoso embrujo de la familia. Un largo exilio como «delatora» para llegar a una vida transformada.”

 

 

“Ahora me parecía que la misa católica era una ceremonia para mendigar, más que nada. La humanidad de rodillas, mendigando a Dios…, ¿qué, exactamente?”

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