Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 1 de junio de 2021

"VENTANA INNECESARIA"

 


Ventanas que jamás deberían estar cerradas. O bien ventanas que nunca compensan su presencia, por lo que ofrecen y a la vez por lo que distancian, aíslan, con sus transparencias carcelarias. No tendrían que estar ahí, o allá; porque eso supone la existencia de un artificio, una edificación, una pared, un parapeto, un afirmar la mirada en las luces reflejas, el baile de sombras del fondo encalado de la cueva, unas escaleras cabizbajas, frente a la caja tonta, un refugio disfrazado, una exclusión y una selección, una reserva… Ya que la Belleza, aun soñada, emotiva, no puede ceñirse a lo propio, o a lo común y desafecto, y recurrido por lo momentáneo, por su excepcionalidad y sedición. La Belleza no vale ajustarse al marco de una ventana insolente e innecesaria.

 

 

“Ventana innecesaria”

F.J. Calvente ©


(Al bajar por una escalera del Centro de Salud Ronda Sur, en #Ronda, y allí, la ventana.)

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