Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



viernes, 27 de agosto de 2021

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "Los ingratos" de Pedro Simón.

 

“Las palabras escritas te hablan al oído.”

 


 

 Los ingratos” (Espasa, 2021), de Pedro Simón, Premio Primavera de Novela 2021. En pocas y anteriores ocasiones he estado de acuerdo con la sinopsis editorial: “Una emocionante crónica familiar y sentimental. El retrato de un país que miraba al futuro y se olvidó de dar las gracias a la generación que lo hizo posible”, asimismo con lo acertado del galardón de este premio literario, más por lo sabido de su aspecto comercial y no narrativo. Esta es una novela que penetra en sangre, que se escancia con conmoción en el alma, que nos envuelve en un halo de nostalgia y nos hace, con ternura, volver la vista y el sentimiento atrás, en nuestra misma vivencia, demostrándonos lo frágiles e infinitos que somos. Nunca es tarde para enmendar un fatal arrepentimiento por las gracias, por los besos, por los abrazos que quisimos y nunca dimos, por un exteriorizar los afectos en las personas que hemos querido. Bien vale esta conmovedora novela, contada de manera ágil y cuidada, para recordarnos esta emoción.

 

 

“Recuerdo cómo te parí, hijo. Lo recuerdo como si fuera ahora mismo. Pero no me acuerdo de cómo te maté. Y vivo gracias a ese olvido.”

 

 

Sinopsis editorial:

 

 

«Nos rezaban que cuatro esquinitas tenía mi cama y que cuatro angelitos nos la guardaban, pero mi cama por lo menos tenía cinco. Y uno de ellos era una señora de campo que pinchaba cuando te daba un beso».

 

“1975. A un pueblo de esa España que empieza a vaciarse llega la nueva maestra con sus hijos. El más pequeño es David. La vida del niño consiste en ir a la era, desollarse las rodillas, asomarse a un pozo sin brocal y viajar cerrando los ojos en el ultramarinos. Hasta que llega una cuidadora a casa y sus vidas cambiarán para siempre. De Emérita, David aprenderá todo lo que hay que saber sobre las cicatrices del cuerpo y las heridas del alma. Gracias al chico, ella recuperará algo que creyó haber perdido hace mucho.

Los ingratos es una emocionante novela sobre una generación que vivió en aquella España donde se viajaba sin cinturones de seguridad en un Simca y la comida no se tiraba porque no hacía tanto que se había pasado hambre. Un homenaje, entre la ternura y la culpa, a quienes nos acompañaron hasta aquí sin pedir nada a cambio.”

 

 

 

Indispensable.

 

 

 

La memoria es un juego de espejos tramposos.

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