"La gente
aguantaba que les mordiera un lobo, pero lo que verdaderamente les sacaba de
quicio, era que les mordiera una oveja".
Esta frase del “Ulises”
de James Joyce me sirve de síntesis para esta no-feria de Ronda, en una edición
donde ha resaltado sobremanera su insólita conmemoración a un matador de toros,
Pedro Romero, y ahí lo dejo para sortear mayores ciscos y peloteras. El fatuo
escaparate escénico con la muerte inocente por protagonista, nada más. La frase
de la tensión, del débito con la evolución. La letra precisa. El mejor remate, de
hecho. Este que, de igual manera, he imaginado su encaje, no en su lugar del
clásico literario, en el colofón, en esas postrimeras líneas de “Penélope”, el
último capítulo que asimismo cierra “El Nóstos”, la tercera y concluyente parte
del “Ulises”, donde solo aquí Joyce, sin usar signos de puntuación, relata a Ronda
en un paseo idílico de nostálgico romanticismo.
-F.J. Calvente-
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