Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



sábado, 11 de diciembre de 2021

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "La Policía de la Memoria" de Yoko Ogawa.

 

“¿Cómo es posible añorar lo que no se recuerda?”

 

 


La Policía de la Memoria” de Yoko Ogawa, (1994-Tusquets, 2021), es y no es una novela distópica, con la resiliencia como factor protagonista, sin condicionamientos políticos o sociales en una sociedad de un futuro sin determinar. Un mundo futuro o un presente en algún lugar desconocido, negro, con miedo y dudas; con una indiferencia pasmosa, resignada, incomprensible por parte de la humanidad. Una realidad bosquejada en una fábula nada oscura como la de Orwell, Bradbury o Huxley, más aproximada a Atwood, y especialmente a Kafka, de acuerdo, pero con su propia originalidad por su medio onírico y esperpéntico. Ogawa relata de una manera impersonal, sin tomar baza, sin crítica, sin denuncias ni inclinaciones, con un estilo que, en ocasiones, por esa sensación hipnótica de no pasar nada durante la lectura y pasar de todo, manteniendo una intriga especial en los detalles más que en la acción, a Murakami. De ahí a que, por esa impersonalidad narrativa, estrictamente descriptiva, en algunos tramos el relato resulte plano, siempre exculpado por lo bien escrito; por ese sutil alegato contra el olvido, o de ese olvido que en la novela es una obligación para el bienestar de la colectividad. En cualquier caso, una genuina alegoría sobre la alienación, la deshumanización, la muerte en vida, el Alzheimer… Somos, pues, nuestros recuerdos, esas páginas de la vida donde nos reconocemos en las frágiles imágenes de objetos y personas.

 

 

“Lo que se olvida y no permanece no puede provocar ninguna infelicidad.”

 

 

 Sinopsis editorial:

 

 

“En una pequeña isla se produce un misterioso fenómeno. Un día desaparecen los pájaros, al siguiente podría desaparecer cualquier cosa: los peces, los árboles... Peor aún, también se desvanecerá la memoria de ellos, al igual que las emociones y sensaciones que llevaban asociadas. Nadie sabrá ni recordará entonces qué eran. Hay incluso una policía dedicada a perseguir a los que conservan la capacidad de recordar lo que ya no existe. En esa isla vive una joven escritora que, tras la muerte de su madre, intenta escribir una novela mientras trata de proteger a su editor, que está en peligro porque forma parte de los pocos que recuerdan. La ayudará un anciano al que empiezan a fallarle las fuerzas. Mientras, lentamente, nuestra protagonista va dando forma a su novela: es el relato de una mecanógrafa cuyo jefe acaba reteniéndola contra su voluntad en un altillo. Una obra sobre el poder de la memoria y sobre la pérdida.”

 

 

“La memoria es un reducto de libertad personal.”

 

 

Una lectura interesante.

 

 

“¿Es ahí, detrás de tus latidos, donde guardas todos los recuerdos que yo he perdido?”

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