¡VIVA ANDALUCÍA! No voy a ser yo menos o quien no alardee de celebración;
tampoco, con lo que sigue, pretendo aguar la fiesta, y por serena y afortunada el
agua que está cayendo, tan necesitada. Soy andaluz, sí, porque aquí vivo y
donde quiero vivir; por ahora en Ronda, en este sueño de Andalucía. Pero
también yo soy el que soy, o de manera más completa, o tal vez acertada, “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la
salvo a ella no me salvo yo“, como bien observó Ortega y Gasset, de quien
aún muchos consideran dos y no uno el filósofo. Por tanto, yo seré yo allí o
allá donde pueda serlo o al menos tenga la oportunidad de encontrarme o
propiciar el encuentro. Y mi circunstancia podrá estar, pues, en Salvaleón, Barcelona,
Murano, la Cochinchina o en la Pampa argentina, y donde, en esos precisos
instantes de la vida, de vivirla, de afinidad, de bienestar, de idealizarla, yo
pueda ser yo, yo en aquello. Ignoro si seré un ciudadano del mundo, pero me
sirve la definición; no es necesario renunciar a patrias y banderas, no merecen,
no merece la pena, aunque sí sacudirse de simplezas y reduccionismos como los
que engendran todos los nacionalismos. Hoy salvo a mi circunstancia, a Ronda, a
Andalucía, porque éstas permiten que me salve a mí mismo, a no caer en los
vacíos de la insignificancia, del desarraigo. Mañana, como ya dije el año
pasado, mañana no sé.
F.J. Calvente.
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