“Porque la venganza es la condición natural del futuro”
Yo también soy de
la generación de “Los Cinco”, de los libros juveniles de aventuras escritos por
Enid Blyton, los que alimentaron mi anhelo de lectura y depararon momentos fantásticos,
ratos y sueños dichosos en la infancia y adolescencia; junto a “Los tres
investigadores”, la saga de misterio creada por Robert Arthur, y publicados por
la editorial Molino. ¡Qué tiempos! ¡Tanta nostalgia! De ahí a, además de
agradecer esta reminiscencia de un pasado placentero, tocando la fibra melancólica,
admirar la destreza de Antonio Orejudo para entretejer su autobiografía con
hechos fingidos y verídicos, de sátira del mundo de los sesenta, de la transición
de la dictadura a la democracia, también de crítica literaria, por medio de la paráfrasis
de aquel mito de literatura adolescente en este ensayo confesional de “Los
Cinco y yo” (Tusquets, 2017). Magistral
ejercicio imaginativo, de una lectura gozosa y emocionante.
“Pero, por otra parte, esa exigencia ha lastrado mi
espontaneidad y mi flujo creativo. Mis virtudes y mi tormento nacen
precisamente de un hipertrofiado sentido crítico, que me conduce muchas veces a
la frustración. La búsqueda de la perfección y la excelencia me ha bloqueado en
tantas ocasiones, que ya adulto he tenido que negociar conmigo mismo para no
quedarme hincado en el suelo como una estaca, inmóvil, incapaz de alcanzar esos
inhumanos estándares de calidad”
Sinopsis de “Los
Cinco y yo”:
“Toni siente que
es un escritor que no escribe y un profesor que no enseña. Creció leyendo las
aventuras de Los Cinco escritas por Enid Blyton, unos libros que le
proporcionaban lo que la España de los años previos e inmediatamente
posteriores a la muerte de Franco era incapaz de ofrecerle: diversión sin
vigilancia, libertad de movimientos y cerveza de jengibre, es decir, el mundo
sin límites que requería la intensidad vital de su transición a la
adolescencia. A lo largo de esta novela, aquellos personajes a los que Toni
tanto envidió de niño parecen convertirse en seres de carne y hueso como él,
que sufre el proceso inverso y termina siendo lo que siempre deseó, uno más de
ellos. Los Cinco y yo es una novela arrebatadoramente original que unas veces
se disfraza de memorias de infancia y otras de inquietante ficción de denuncia
para pasar de la anécdota a la sátira y de esta a una teoría personal de la
narración. Antonio Orejudo rinde homenaje y al mismo tiempo ajusta cuentas con
su generación, la de los nacidos en el boom demográfico de los años sesenta,
que no tuvo ningún protagonismo en la transición de la dictadura a la
democracia.”
De Antonio Orejudo
no hace falta ponderar su habilidad narrativa, su amenidad, y aquí, en “Los
cinco y yo”, borda su estilismo con un argumento sólido, edificado con
distintos planos, pero con la fluidez y atractivo y sensación de transcurrir
por una única secuencia, por un único orden o trama, en un “puro y simple azar o resultado de un
algoritmo que nunca conoceré”, como la vida misma; entretejiendo con
maestría la primera persona expresiva a sus aspectos verídicos y ficticios, sin
posibilidad de discernir unos de otros: tanto en el protagonista del libro,
Toni, acaso el propio Orejudo en sus tiempos infantiles y adolescentes, como en
la presentación de un libro, “After Five”, escrito por otro excelente narrador,
Rafael Reig, al que incorpora a la narración o junto a Orejudo en su ficción; de
la presentación literaria y de un congreso de Enid Blyton, de la supuesta vida
adulta junto al autor de los cinco personajes de la autora británica, Julian,
Dick, Ana y Jorgina, incluido el perro Tim, y al hilo de una variante de “Los
cinco y el tesoro de la isla”... Una novela dentro de una novela.
“… un zombi es un fenómeno indecible. Y lo indecible
es amenazador porque envenena la confortable sensación de que el mundo está
ordenado en categorías claras y definidas”
Un poderoso y
entretenido relato de realidad y ficción que nos habla, sea a través de una
glosa del fenómeno literario juvenil de “Los Cinco” de Enid Blyton, del servilismo
y reivindicación de la cultura; con un análisis ameno, perspicaz, de unos
tiempos pasados con los que podamos entender y luchar contra un presente en
horas bajas en muchos sentidos, en muchos aspectos de la convivencia y del
conocimiento. Una novela muy recomendable.
“Era como si el mundo enseñara fugazmente su verdadera
patita: una inmensa y absurda montaña de Sísifo, que había que subir y bajar
incesantemente”
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