Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



sábado, 2 de febrero de 2019

"CUENTA"


Hace frío. Mucho. Y viento. Muy fuerte. Rachas huracanadas, dice 'El Tiempo". Helará durante la noche. Nubes presurosas recorren el cielo, con su sombra el suelo, sembrado de destellos por la lluvia predecesora. Fenómenos a los que ambicionaría culpar del temblor de mi imagen, de su irreal desprendimiento de colores, estremeciendo a los que jamás tuvo, distorsionándola o aventándola a la corriente que todo se lleva y que de vuelta lo trae todo.

-- ¿Entonces?

-- Si lo dices por el calor de este rubor en mis mejillas, cuando deberían estar pálidas y ateridas...

-- No, lo digo por tu mirada. La mirada más triste. La mirada por las cosas que por fin son entendidas. ¿Cuáles? Solo a ti importaría.

--Del mismo modo siento alivio en mi forma de mirar.

-- Supongo que por no convertirte en alguien indiferente, y ya no lo digo de ti mismo, de la realidad; o por quien comprende la naturaleza real de aquellas cosas a las que de ninguna de las maneras deseabas despojar de su velo, retirar la mordaza, agachar la cabeza y responder con un silencio que no expresa ni exige nada.

-- Tal vez... Los rotos son siempre tristes, pero también necesarios.

-- No te entiendo o no me dejas entenderte. Estaré al igual que tú, cansado.

-- Dije que me sentía aliviado. Cansado, vale, mas por no romper con eso, mucho antes o mañana incluso.

-- ¿Ilustras algún punto final?

-- Quizás. A lo mejor me esfuerzo por apuntalar uno de los andamios de mi vida, tal como esos intitulados por el amigo Mario (Benedetti)...

-- No lo digas. Yo lo haré por ti, me apetece escucharme: "Yo no quiero que me vendan sueños ajenos, sencillamente que se cumplan los míos" ¿Verdad?

-- Sí. Aunque en estos momentos la inquietud sea por otra de las cosas a las que me refería antes, y que tiene que ver con una determinada soledad, inclusiva; o por suturar uno de mis rotos y al que ciertamente aludí en un relato de anteayer.

-- Algo así como recomponer tu foto, integrarla más a la realidad, enfocarla en la naturalidad del presente, o encuadrarla con una personalidad más identificativa o veraz.

-- Instantes. Instantes en los que anhelo poco, y de los que exijo bastante; algo de tiempo, conmigo, suficiente, sin imposiciones, ni control, ni decisión, libre, desprendido, propio, de nadie más, para realizar todo o por el absoluto gusto de no hacer nada; de infinitos segundos, singulares minutos,  milagros de una hora...
-- ...
-- Tiempo, momentos en los que vivir sin darme cuenta.

"CUENTA"
© F.J. Calvente.

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