Paseo de los Ingleses de Ronda. En estos momentos. El atardecer deslizándose por la Hoya del Tajo, como una ligera sábana por la piel ante el frescor de la madrugada, rebosando los perfiles de la escarpada cornisa como un derrame palpitante de miel, estremeciéndose con los últimos empujes de la luz previos a los abandonos de la noche. Estoy sentado en un banco, de piedra caliente y espacioso. Estoy tranquilo. Hecho insólito a pesar del ruído de las cuadrillas de jóvenes en pleno derroche hormonal que les da cabida a estéticas imbecilidades, descaros y gratuitos arrebatamientos y agresividad, tan hedonistas y egoístas ellos; paradigma cada vez mayor, cada vez más innecesario, que da cuenta de que en algo o en mucho estamos errando en la construcción del futuro, en los valores fundamentales de la convivencia. Pero ahora estoy bastante a gusto. Solo y en calma. Absorto en un universo de simpar hermosura por penetrante, deudor, en un lapso en que la mente calla para que hable el sentimiento. No pasa nada cuando advierto que sucede todo. Todo ceñido a un silencio clamoroso, con vida propia, influyente, ecuménico y también íntimo. Silencio. Uno de los instantes, en mi caso, en los que se es consciente de unas letras que abarcan una reflexión, acaso espiritual o filosófica o dejémoslo en existencial. Una frase de Siddharta Gautama, alias Buda, o "El despierto", "El iluminado"; y aunque no comulgue con el budismo ni con otra doctrina o religión o... que no fuese en su menester una particular, mía, y con la que me permita calarme, descubrirme, reencontrarme con mi realidad, sentir en la Belleza, he encontrado el "Nirvana" en este tiempo detenido y en este Paseo de los Ingleses, mientras un sol naranja acaricia con doradas pinceladas mi rostro, desenvolviéndome o integrándome en su declive, único, y en el que las palabras atrapan el misterio y desvelan su secreto:
"No pienses que no pasa nada porque no ves tu crecimiento, las grandes cosas crecen en silencio".
Me precio de crecer, mucho o poco no lo sé, y ni me importa, con significado e impresión, sí, en humanidad, quizás inconscientemente, en silencio y desdoblado con el crepúsculo.
"DESDOBLADOS"
© F.J. Calvente.
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