Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



sábado, 21 de septiembre de 2019

«Calle de atrás»


Era "La Joven de la perla" escrita por Tracy Chevalier, la que pintó Vermeer, la que en sus amortiguados pasos por calle Benarrabá, («Güelilla» siempre para la tradición), confusa repetía cómo «había andado toda mi vida por aquella calle, pero nunca había sido tan consciente de que dejaba mi casa atrás». Más en ése tramo de un camino de huidas y escondites, de puertas falsas y emboscadas de futilidad, más cuando se encendían sus luces y la oscuridad sonreía cruel, con una soledad que no conducía a ninguna parte, o al misterio de la nada.

«Calle de atrás»
© F. J. Calvente.

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