Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



domingo, 27 de octubre de 2019

«VIAJE»

No espero que en estos momentos, ni lo esperaba antes, tú, él, ella, usted... nadie, entienda mi viaje; y aunque este no sea nada, no lleve a ninguna parte, un nuevo trayecto por mis ruinas circulares, un desahogo, o una reversión retórica del destino; ni menos aún se comprenda por allá, en horizontes insólitos, las cada vez menos frecuentes incursiones por la imaginación, Magonia, fantasías de un distraído avanzar por las baldosas amarillas. Y no espero, en mi viaje, o en el que todavía no lo es, nada de nadie. ¿Porqué?, porque a ninguno les ha interesado, no ha recorrido, ni una corta trocha, ni un atajo, ni la distancia de un suspiro, parajes, ni el encuentro fortuito en una encrucijada o en el espejo de los charcos de los días, mi camino, o el que se iniciará tras este primer paso.


«VIAJE»
© F.J. Calvente.

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