"Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho. Me parece inútil pediros que penséis en España"
Tarde de película en casa que bien merece la sensacional escena que incluye esa frase. La escena ahora inolvidable del discurso de Miguel de Unamuno, ante el furor incontenido del general Millán-Astray, pronunciado con valor e inteligencia ante un auditorio abarrotado de «nacionales» en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, el 12 de octubre de 1936, en la conmemoración del Día de la raza, pues de esta manera, en España y América, se denomina a la celebración del descubrimiento de América, luego pasó a llamarse Día de la Hispanidad.
Magnífica película sobre el poder y la conciencia, la que no se apoya en la confrontación, en un odio cainita, ni en venganzas ni ajustes de cuentas ni en absoluto relecturas; nada de bandos, partidos o idearios, nada de ser, de situarse a la derecha o a la izquierda, rojos o fascistas; el mensaje, importante, la memoria; el filme que tanto por unos y otros, sin argumentar o viscerar sus intereses o filias, tanto para «hunos» y «hotros» como diría Miguel de Unamuno, debería verse, reflexionarse y procurar entenderse.
«Mientras dure la guerra». Gracias, Alejandro Amenábar.
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