"Un animal no puede defenderse; si tú estás disfrutando con el dolor, disfrutando con la tortura, te gusta ver como está sufriendo ese animal… entonces no eres un ser humano, eres un monstruo."
En este día de resaca que no lo es y de duelo que sí lo es de una Feria en honor a un matador, comparto esta reflexión del Nobel de Literatura José Saramago, en colofón a mi grito de respeto y humanidad más que opinión antitaurina, (contra corridas, "embolados" y otros festejos intolerables con la vida del animal) minoritaria y agresiva para ciertos y desordenados, curiosamente, taurinos. “Soy paciente con la estupidez pero no con aquellos que están orgullosos de ella“, de la poeta británica Edith Sitwell.
A fin de cuentas, pienso, y me tranquiliza, aunque tengamos que insistir más en recuperar nuestro compromiso con la evolución humana, de conciencia y sensibilidad en el respeto, compasión y equilibrio natural, con la existencia en general y de los animales en particular, esa fiesta cruenta y perturbada en torno al maltrato, mutilación y muerte de un ser vivo para justificar el placer oscuro del otro y superior, tiene los días contados, incluso para estos que se aferran a aquella con su instinto antiguo y conclusivo. Es como el hinchado globo que se mantiene sujeto por su boquilla con los dedos, y se va dejando soltar su aire viciado con un ruido chillón y ridículo. ¿Qué ocurre cuando soltamos los dedos del globo?
"El globo taurino"
F.J. Calvente.
📸 Globo surcando la "Ciudad Soñada", Ronda. (Un gesto de belleza en honor y duelo por aquellos animales sacrificados en esa "plaza" en Feria, víctimas del sadismo.)
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