Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 17 de diciembre de 2024

"TAJO EN EL CORAZÓN"

 


El palacio de Mondragón, o palacio del marqués de Villasierra, mira la herida del amanecer. La primera sangre del cielo se adhiere como un vaho apasionado, admirado, a sus retinas de cristales, esparciéndose en un rubor de fría lumbre en la piedra mudéjar-renacentista de su cara, como abrotoñada de un tajo en el corazón de Abomelic por un amor legendario.

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